lunes, 27 de febrero de 2012

cadenas que aprisionan y/o que liberan...




La imagen corresponde a las cadenas que están sobre el sepulcro de San Pablo en la Basílica de San Pablo de Extramuros en Roma. La tradición dice que esos eslabones son los que sobrevivieron de la cadena con la que San Pablo estuvo encadenado en Roma entre el año 61 y 63. 

Llevo unos días pensando en estas cadenas y en otras cadenas que no están expuestas, que quizás no existen o que, al menos, no son visibles a los ojos...

Pensaba en qué cadenas nos aprisionan y en qué cadenas nos liberan. 

Pensaba que hay cadenas que nos dejan aprisionados. Quizás de algunas de ellas seamos conscientes, pero quizás desconozcamos la existencia de la mayoría. Cada uno sabrá cuáles son o pueden ser. No es cuestión ahora de hacer enumeraciones piadosas... Todos conocemos aquellas cosas que no nos dejan ser libres, que nos oprimen, que nos des-humanizan en diferentes grados...

Pero... pensaba que quizás también hay cadenas que son símbolo de la libertad. Cadenas impuestas por ser libre. Cadenas, como las de San Pablo, asumidas por proclamar, por decir o desdecir, por ser fiel, por apasionarse. Es probable que haya quien huya de estas cadenas. Supongo que es común creer que es más fácil vivir sin demasiadas complicaciones...


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